MICRORELATO
´´LOS VAMPIROS TIENEN SENTIMIENTOS ( I )´´
Su
cuello mordido por los vampiros, no para de sangrar.
Vino
en Transilvania para hacer un reportaje. Siempre ha negado la
existencia de alguien que podría alimentarse con sangre humana. Está
mirando a su alrededor con desesperación. Se da cuenta que toda la
sangre que hay en los botes del armario de la pared, no es de los
animales como se solía decir, sino era sangre humana. Tantas
historias que había escuchado sobre los vampiros, pero nada es igual
cómo vivirlo en su carne propia.
Intenta
moverse pero no puede. Se da cuenta que está en un ataúd que, es
extraño, pero es de color blanco. Lleva puesto un vestido oscuro y
una corona de flores negras sobre su cabeza. Siente una extraña
hambre, que le tuerce el estómago. En este silencio empieza a oírse
de pronto muchas voces que se están acercando. La puerta se abre y
empieza a entrar mucha gente, vestida de negro, con las cabezas
inclinadas, que no paran de murmurar cada vez más fuerte. De pronto
se callan, dejando camino libre a otro hombre que se acerca mirando
continuamente al suelo. Cuando llega al lado de Jeannette, se para y
la mira sorprendido.
-
¡Eres guapísima! , dice el hombre.
Jeannette
se ha quedado helada de miedo. Poco a poco recupera su respiración.
El Príncipe de los Cárpatos tiene el pelo largo, negro y es muy
guapo. Sus ojos oscuros transmiten amor y no miedo.
-
¡Mátala Príncipe! gritan todos. ¡Ha llegado la hora!
El
pánico la envuelve como una manta negra, dejándola sin aire. Siente
los ojos de los vampiros acechándola.
-
No puedo, dice el Príncipe de los Cárpatos con la voz ahogada por
la emoción.
Jeannette
ya no tiene miedo. Se da cuenta que por primera vez en su vida se ha
enamorado. El Príncipe le coge la mano con ternura.
-
¡Hay que sacrificarla para que tu padre despierte y podamos gobernar
la tierra!, gritan todos con odio.
-
No puedo…, dice otra vez el Príncipe. Parece que nadie lo oye
-¡Ahora!,
se oye un grito gutural que rompe el silencio. Antes de que nadie
pudiera reaccionar, uno de los vampiros está ya encima de Jeannette.
En el mismo tiempo que la está mordiendo le la está acuchillando
sin piedad alguna. Dos o tres vampiros más se le están uniendo al
primero.
-¡Nooooo!,
grita con desesperación el Príncipe de los Cárpatos.
La
joven, con sus últimas fuerzas le coge la mano. El hombre empuja con
odio a los que se quieren acercar. La mira con amor. ¡Cuánta
amargura e impotencia! En el profundo silencio de la muerte se oye
solo la joven susurrándole al oído con un último soplo:
-¡Me
llamo Jeannette!
Los
vampiros se retiran con sed de sangre, pero con respeto,
avergonzados.
El
Príncipe de los Cárpatos con lágrimas en los ojos, mira hacia el
cielo, gritando con desesperación:
-
¿Por qué???!!!
(ELENA
CORINA MARINESCU)